LA AMENAZA FANTASMA

Desastroso Arbitraje del Nacional Infantil Femenino

Cuando toda una organización marcha bien, y si a esto le sumamos que se corono con un título para el elenco local, en un gran torneo, las cosas al parecer están todas bien. Lamentablemente no es así, y mi labor periodística me obliga denunciar a quienes fueron los grandes ausentes de este certamen. LOS ARBITROS.

Afortunadamente el básquetbol viñamarino no solo conoció del titulo de su selección, sino que la muy buena actuación de dos de sus nuevos jueces. Loreto Santibañez y Carlos Inostroza. Quienes son una honrosa excepción en medio del escándalo referil que vimos todos en el Arlegui.
Fuimos campeones y esto debería pasar a segundo plano, pero es precisamente eso, lo que no debe ocurrir. Tiene que quedar por escrito y en la memoria colectiva que la actuación de los jueces casi ensucia un torneo que fue organizado durante varios meses y con mucho trabajo por parte de la directiva de la ABVM y todos quienes colaboraron.

Como olvidarnos de los innumerables yerros en faltas técnicas, que es lo más preocupante, ya que cuando son faltas de criterio, se puede dar la duda si el cobro fue o no. Pero, cuando los jueces no pitan obviedades recurrentes en este certamen como las "caminadas" "dobladas" e inclusive y aunque parezca humorístico pero cierto, las veces en que las jugadoras pisaban la línea de libres al efectuar el lanzamiento. Si no se parte bien, de la base, si no se corrigen esos errores, que nos queda por esperar para el futuro.

Sumémosle esto a la acostumbrada actitud soberbia de los jueces, muchos de ellos, novatos en estas lides, que siguen creyendo que ellos son los principales actores de cada juego. El día que entiendan que el show es de los jugadores, el arbitraje chileno mejorara. ¿Quién es el responsable de la llegada de estos jueces al nacional? Yo no lo sé, sino se los escribiría en esta crónica.

¿ Si no se les da la oportunidad de dirigir ahora, entonces cuando? Si, es una realidad, pero por qué no se les dio también a los jueces de Viña en partidos decisivos, que muy buena labor hicieron. ¿Por qué dirige la final un juez de Santiago si Santiago esperaba que se diera uno de los resultados?

La ilusión de estas niñas estaba en juego y ellos jugaron al filo de aquello. Eso no se puede permitir. Todos nos equivocamos y lo hacemos a diario, pero los errores en este tipo de eventos, cuando por su accionar son remunerados, deben reducirse al mínimo y no uno tras otro como lo vimos en el nacional.

Nelson Quiroz Rojas
Prensa
ABVM